Relatos del caribe N° 9 : El muro de mis lamentos






RELATO -IX
EL MURO DE MIS LAMENTOS. 



Otro Alcalde  construyó un muro con una puerta de entrada al pozo, quizás con la noble idea de imitar el Arco del triunfo, que da entrada a la ciudad de París, pero no le hizo el arco triunfal que requería, le dejó rectangular el espacio destinado a la puerta , y abandonado a su suerte sin contramuros,  que lo sostuvieran,. Tampoco se le ocurrió escribir una leyenda  épica, algo que le permitiera ser caracterizado hacia la posteridad por propios y extraños. Así  el muro  olvidado de Dios primeramente, de los hombres después, y de los miles de burros que traspasaron su estancia, se fue derruyendo, por la acción del tiempo, pero aún queda de éste, una parte de él.  Lo pude advertir el otro día que bajé con mis nietos al viejo pozo llorado de mi corazón.
Como si fuera poco, la gente de San Andrés en pleno SIGLO XXI, todavía depende del viejo pozo del gobierno, un símbolo de nuestra heredad, que hoy bien vale la pena rescatar. Mi pobre muro se quedó  petrificado en el tiempo, abandonado a su suerte: parece parte de las ruinas de una ciudad antigua, sin que a nadie se le haya dado, la bendita gana,  de restaurarlo. El muro es testigo de una época dorada, en que por él pasaron caravanas incesantes de aguateros. Yo conocí  la época de los barriles, taponados con una tusa, forrada con cascaras de mazorca, la cual previamente se desgranaba, quedando tusa y cascaron listo para tapar el barril.
No se conoció mejor tapón que ese, hasta cuando aparecieron los galones plásticos, que de paso acabaron con los barriles, por ser más livianos y baratos. El viejo muro está ahí, como un reloj  del tiempo, ha marcado todas las generaciones de Sanandresanos., todos llevamos una marca de él.