Relatos del caribe N° 16: El dia que te conoci













RELATO – XVI
EL DÍA QUE TE CONOCÍ. CUENTO PARA REIR



Corría el año 2001. Época de vacaciones, mes de junio, los niños salen de las escuelas y colegios, y un buen día de esos, apenas rayaban las 10 de la mañana, llegó a mi oficina de abogado, una señora que por algún trance, había quedado caída en sus cuotas y su acreedor, ni corto ni perezoso la remitió para cobro jurídico. La infortunada mujer, de tez morena, ojos saltones, un poco bajita de estatura, algo gruesa en su aspecto físico, pero muy afable en su comportamiento, se dirigió a mí,- preguntando: - Usted es el Dr. Bustos? Le contesté, Si yo soy el Dr. Bustos, y repuse de inmediato: cuénteme en que puedo servirle?’.- Me dijo -tengo una deudita con usted. Le dije conmigo- no,- debe ser con alguna Empresa o Almacén de la ciudad.- Para esa entonces, tenía dos años de estar residiendo en la ciudad  de Montería, de donde  había partido,  cuarenta años atrás, cuando apenas era un mozalbete- Ahora ya. Mayor con el  pelo envejecido - doctor, experimentado en mil batallas, del derecho  y la jurisdicción, atendía a una nutrida concurrencia de clientes que visitaban mi oficina, requiriendo de los servicios de la abogacía, que desde luego por alguna razón valedera, se habían cotizado en la bolsa de la ciudad.

- Volviendo al caso que nos ocupa, -la señora regordeta, después de ponerse cómoda en la silla de fieltro, tipo Luis XVI, que adornaba mi bufete, me dijo sin reatos:" -Vea doctor, yo si debo esa platica, pero la verde, purita verdà, - yo no tengo conque pagarle. Recíbame un molinito, por esa platica, que Dios  lo va a bendecir, porque usted tiene carita de bueno". Me conmovió         tanto, la sinceridad de la persona que me hablaba, su dulzura en aquel compromiso, que no me dejó  decir lo que, yo - siempre respondía, a ese tipo de ofertas....  y- desarmado ante lo inusitado del planteamiento, le contesté. De que molino se trata? y repuse- tráigamelo para verlo.

 Al lado de la mujer, - acompañándola , venía una adolescente, a quien por el aspecto físico no representaba más de 16 años, de tés trigueña, con una figura armoniosa y una carita absolutamente angelical. Vestía ropas simples, y su cabello ondulado, recortado un poco, más abajo de los hombros, se encrespaba con rizos dorados  a lado y lado de su rostro. Tenía esa hermosura tropical de las adolescentes del Caribe, y una mirada curiosa, que cautivo mi atención, removiendo en ese momento, no sé qué sentimientos de infinita ternura, que me interrogaron, sobre el que-hacer de mi existencia.  Mi   profesión, la había usado toda la vida en  nobles causas, en defensa de los ideales mas preciosos, pero en ese particular momento, se blandía como un azote de los pobres, que han caído en situación menesterosa . Me sentí una herramienta de ultraje de los acreedores.

 Estaba absorto en mis pensamientos, cuando oí nuevamente la voz, que me dijo..." Ajá doctorcito, será que si me va a ayudar? " -Volví en sí, al instante   y  preocupado por la adolescente, le inquirí a la señora?  Y esta niña es hija suya?- me respondió.  " No doctor, ella es mi hermana menor?"-  ..Como le riposté- no le creo? usted puede ser la madre de ella?- No doctor, volvió y me respondió- agregando - " es una de mis hermanitas, que mi padre tuvo con otra señora, ellas son dos y yo estoy a cargo de ella!- y apropósito doctor, - ella está buscando trabajo," - De  qué-? si está muy joven todavía. Repuse- Ella le puede trabajar en las oficinas acotó la señora. La muchachita alzó la voz, y dijo suavemente." Yo estudio sistemas y se escribir a máquina,- pero puedo trabajar en cualquier cosa",- hablando con decisión en un tonó que me pareció antioqueño. Al tiempo, que agregó la voz dulce de la adolecente, "Aquí luego, que hay que hacer?”. La verdad - me sorprendió y me quedé sin palabras con que contestarle - no sabía,  que enfrente, en- 4 años más,- tendría a la mujer de mi vida, y al ser más extraordinario de cuantos he conocido.

Termine aquella entrevista, dándole una tarjeta, para que cuando viniera a la oficina, se entendiera con Mayo, mi secretaria general,  mujer de una gran belleza física y espiritual., quien la asignó, al Archivo de la Empresa. Estaba desagraviando, a la multitud de personas, frente a las que fui sordo y ciego muchas veces.
Ese día confronté lo inhumana, que es a veces la profesión de abogado. , y me preguntaba cuantas veces mis oídos habían sido sordos al clamor de los infelices, que llevados por las vicisitudes de la vida, fueron arrastrados al tormentoso hado, de la confiscación de sus bienes. Yo mismo había tenido esa experiencia infamante, cuando 10 años atrás, me dedique a la política y hube de probar sus  ácidas hieles. Pues bien señores- esa mañana, observando a esa mujer desamparada, acompañada por una adolecente, que parecía un ángel, trastoqué todos los sentimientos de fidelidad a la profesión, por quien había rendido los esfuerzos de mi vida, y más tarde hube de renunciar a ella.
El tiempo pasó, la veía trabajando como asistente de Mayo, con una sonrisa picarona dibujada en su cara, le pregunté por ella y me dijo, " no doctor, esa peladita, es mi mano de derecha, sabe hacer de todo, pasa tarjetas, liquida clientes, designa códigos, no me la vaya a sacar" bueno  Mayo déjala- ahí. Así termino nuestra conversación aquel día.
Poco tiempo después emprendí un nuevo proyecto, este sí con una vocación social. Decidí montar una empresa, que atendiera y financiara a las familias pobres de los barrios populares de Montería, considerada en esa época una de las ciudades intermedias con las invasiones más grandes de América latina. El proyecto surgió acompañando a un caro amigo, en las exequias de su padre. Recorrimos todas las funerarias de la ciudad, y en ninguna le daban un crédito razonable. Yo tenía alguna experiencia en el ramo, como director comercial de empresas y pensé que allí en el sector informal había un gran mercado   inexplotado, donde se podía servir a la comunidad. Había leído la experiencia de un BANGLADES, MUHAMAD YUNNUS, quien montó un banco para los pobres y me pareció fascinante repetir la experiencia. Después funde AUXILIA EXEQUIALES. Mayo mi secretaria, se excluyó de plano en tal emprendimiento. Lina se ofreció y lo hizo con tal ahincó, que no tuve más remedio que aceptarla.  Dos años después, me enamore de su trabajo, de su vida. y de ahí en adelante no pude arrancármela La amaba en un silencio respetuoso, de risas, tiernos abrazos como si fuera alguien de mi familia. Estimulaba su dedicación, con billeticos de veinte, todos los fines de semana, cuando se presentaba ante mí, con ese aire triunfal de haber terminado su trabajo, y la satisfacción de haber hecho las cosas bien. "DOCTOR YA TERMINÉ, SI ME NECESITA PARA CUALQUIER SERVICIO, ME LLAMA, QUE YO SE LO ATIENDO".  Yo doblaba el billetico en varios segmentos, hasta donde se agotaba su extensión,- se lo entregaba en sus manos    preciosas cerrando sus dedos, para que no se sintiera comprometida con aquel gesto. .y que con solo verlo, perdería el encanto de su entrega desinteresada. Más gratificación que pago. Más compensación que regalo.  Tenía una rara fascinación la entrega del billetico en esa forma, recordaba mi niñez, alguien, una tía, hacía exactamente lo mismo conmigo. ..  Luego LINA desaparecía escaleras abajo en un Santi-amen, dejando esparcido su aroma de flores frescas por el desván y las notas del vallenato alegre que coreaba " cristalino como las aguas del rio Guadalquivir"  El hombre que admiraba, , sensiblemente bueno, que lo encontraba en todas sus dificultades, que comprendió su mundo interior, que le recordaba a su padre, a quien veneraba como él;  que estaba presente, en tantas y tan variadas cosas de su vida,   también un día,,,, le cautivo su corazón , descubriendo parajes ignorados del amor .Se amaba de diferentes maneras, el amor no era el idealizado, su corazón roto por un desamor anterior, había cicatrizado en sus heridas, no sintió miedo, ni vergüenza, confiaba en él, era su guía, quería estar a su lado, compartir su mundo, y como las aves seguras de su vuelo, después del primer revoloteo, se lanzo al espacio. Dominadas las alturas, ya nadie detendrá su vuelo!